Homenaje al Dr. Gustavo Leoz
M.ª Teresa Dapena Crespo
Tuve el placer de conocer al Dr. Gustavo Leoz, nada más terminar la carrera de Medicina. Yo había estudiado Oftalmología en Valladolid con el Prof. D. Nicolás Belmonte.
Llegué a Madrid siguiendo la recomendación del Dr. José Lorente, que me dijo que para poder aprender Oftalmología, en aquel momento, el mejor servicio de España era el de la Clínica de la Concepción de la Fundación Jiménez Díaz, del cual el Dr. Leoz era el Jefe de Servicio.
Sin dudar un momento, allí me fui, con la ilusión de hacer la mejor de las especialidades.
El equipo estaba formado por el Dr. Gustavo Leoz, como Jefe de Servicio, el Dr. Luis Soto, Jefe Clínico y los adjuntos el Dr. Casero y el Dr. García y el colaborador Dr. Álvarez.
Desde nuestra primera entrevista, la impresión que tuve de él fue estupenda. Era una persona encantadora y amable, a quien le sorprendió mucho que estuviera tan decidida a hacer la especialidad de Oftalmología.
“¿Quieres ser oftalmólogo?” me preguntó, y yo le contesté que no sólo eso sino que además quería que fuera con él en la Clínica de la Concepción.
Recuerdo que me contestó: “eres la primera mujer que va a realizar la residencia de Oftalmología en este hospital, y esto te aseguro que tiene muchos inconvenientes. En la Clínica sólo hay dos mujeres, una en el laboratorio la Dra. Calabuig, la mujer del Dr. Sánchez Fayos, y la Dra. Ceballos de Traumatología infantil. Así que serás la primera mujer que haga una especialidad quirúrgica. Ninguna mujer médico sube a quirófano, no tendrás donde cambiarte ni donde guardar tu equipo, tendrás que arreglarte con los departamentos de las enfermeras.”
Me quedó claro que todo era muy complicado, pero yo le respondí que lo intentaría de todas formas.
El 15 de Octubre de 1970 (nunca se me olvidará porque era el día de mi santo, Santa Teresa) empecé la especialidad de Oftalmología teniendo como jefe al Dr. Leoz, y desde entonces empecé a trabajar a su lado.
Era un servicio que colaboraba con todos los servicios de la Clínica de la Concepción: Medicina Interna, Neurocirugía, Pediatría, etc., ya que al Dr. Leoz le encantaba que las especialidades se complementaran. En aquel momento la Medicina Interna era la prioridad del hospital, y las especialidades ayudaban al diagnóstico del enfermo.
La cercanía con el servicio de Oftalmología del Hospital Clínico hacía que los dos servicios tuvieran una colaboración fructífera. Cada día se asistía al Hospital Clínico San Carlos donde se impartían las clases de Oftalmología en la Escuela Nacional de Oftalmología, dirigida por el Profesor D. José Pérez LLorca, catedrático entrañable que siempre deseaba ayudar a todos los que comenzábamos la especialidad. En la Escuela muchos inminentes oftalmólogos eran profesores como el Dr. Moreno y el Dr. Clement, compañero de curso del Dr. Leoz, el Dr. Zaragoza, el Dr. Ercilla, o la Dra. María José Centeno.
Dr. Leoz en compañía de algunos de sus discípulos (Dr. Pérez Salvador, Dra. Dapena y Dr. Taboada).
El Dr. Leoz tenía una gran preparación en Medicina Interna, pues había realizado la oposición de alumno interno con D. Carlos Jiménez Díaz. De hecho, es el Dr. Jiménez Díaz quien le propone dirigir el Servicio de Oftalmología, que es puesto en funcionamiento con la inauguración de la clínica de la Concepción.
El Dr. Leoz venía de trabajar del Hospital Clínico de San Carlos, donde había estado trabajando anteriormente por las mañanas. Por las tardes ya colaboraba en la Clínica de la calle Cedaceros con su padre, el eminente oftalmólogo Dr. Galo Leoz.
Dr. Leoz con D. Carlos Jiménez Díaz.
Con frecuencia, grandes amigos oftalmólogos asistían a la clínica de la Concepción, como el Prof. Bartolozzi, el Dr. Aguilar Bartolomé, o el Dr. García Alix, donde hicieron muchos trabajos juntos pero sobre todo, donde tenían lugar reuniones en las que se pasaban horas y horas conversando sobre la manera de cómo debía de realizarse y orientar, en qué dirección debía ir la Oftalmología.
Dr. Gustavo Leoz trabajando en la consulta de su padre el Dr. Galo Leoz.
El Dr. Gustavo Leoz nació el 15 de Febrero de 1918 y muere en Septiembre del 2011 a los 93 años de edad, esto ocurre durante el 87 congreso de la Sociedad Española de Oftalmología en Oviedo.
Estudió en San Isidoro de Madrid, colegio que se cerró y por ello le trasladan a estudiar al Liceo Francés para comenzar sus estudios, donde termina su Bachiller.
Comenzó la carrera de Medicina en Madrid en 1934, en la Facultad de Medicina que entonces estaba situada en el Hospital Clínico San Carlos, ubicado en la calle Atocha donde ahora está el Colegio de Médicos de Madrid.
Cuando cursaba el segundo año de carrera en el año 1936, a consecuencia de la guerra, es movilizado y enviado a varias ciudades españolas hasta que termina en el último emplazamiento que es la Plaza de Toros de Cáceres, donde después de mucho sufrimiento es liberado y consigue volver a Madrid. Retomó la carrera y la terminó en el curso 1942-1943.
Dr. Leoz.
Cuando terminó la carrera, comenzó a trabajar en el Hospital Clínico San Carlos en el que estaba como Catedrático el Dr. Don Buenaventura Carreras Durán. Allí tuvo un importante grupo de compañeros oftalmólogos que continuaron siendo amigos a lo largo de toda su carrera profesional, entre los que se encontraba el Dr. Bartolozzi.
Se casó el 1 de Julio de 1948 con Pilar y tuvieron 6 hijos, eligiendo uno de ellos cursar la carrera de Oftalmología (Dr. Gustavo Leoz Macías). No se puede escribir la historia de la Oftalmología española prescindiendo de la Saga de este apellido. Su abuelo lo fue y su padre el Dr. Galo trabajó hasta los 105 años de edad y murió un mes antes de cumplir 111 años, ganando el premio Guinness por ser el oftalmólogo del mundo que más tiempo ejerció su profesión.
Dr. Leoz junto a su hijo Gustavo Leoz Macías.
Poco más adelante consiguió una beca en el año 1954 para ser becario en Nueva York con el Dr. Castroviejo, que a partir de ahí sería un gran amigo y colaborador del servicio de Oftalmología de la Fundación Jiménez Díaz. Y que siempre que viajaba a España colaboraba con el Dr. Leoz en casos difíciles y sobre todo en los problemáticos trasplantes de córnea, así como realizando algunas otras patologías corneales y realizaba las cirugías en los quirófanos de la Clínica de la Concepción.
Fue creador, Director y Jefe de Servicio de Oftalmología de la madrileña Clínica de la Concepción durante 33 años, desde el año 1955 hasta su jubilación en el año 1988.
Unido a la Sociedad Española de la Oftalmología desde 1965 y fue Presidente en 1984.
En el año 2000 fue Presidente de Honor de la Sociedad Oftalmólogica de Madrid.
En el año 2002 obtuvo la Placa de Honor de la Sociedad Oftalmológica (SEO). También en este año obtuvo el II Premio Nacional de Oftalmología Daza Valdés, además del Premio de la Segunda Edición INCIVI (Fundador de INVICI “Instituto de Ciencias Visuales de Madrid”.
Dr. Leoz en la Universidad Autónoma de Madrid.
Fue profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, además de colaborar en los cursos de oftalmología en el Servicio de Oftalmología de la Universidad Complutense.
Fundador del INCIVI.
Primer Premio del Profesor Palomar y Miembro de Honor de la Sociedad Aragonesa de Oftalmología.
En el Congreso de Zaragoza de SECOIR (Dr. Leoz, Prof. Barahona, Prof. Menezo, Prof. Domínguez y Prof. Fernández Vega).
En el Congreso de Oftalmología de Madrid (Dr. Aguilar, Dr. Leoz y Prof. Piñero).
En la SEO fue secretario general desde 1965 hasta 1980, es decir 15 años presidiendo todos los cargos Vicepresidente, Presidente, Expresidente Consejero y Presidente de Honor, se le concedió la Placa en el año 2002.
Presentó dos ponencias oficiales, una en 1959 en Córdoba cuyo título era Hemianopsias homónimas y en 1993 en Santiago de Compostela, la segunda ponencia Historia de la Oftalmología Española.
Cofundador del Grupo de Historia y Humanidades en 1994 y Presidente de Honor en el año 2000.
Dr. Leoz con el Prof. Julián García Sánchez.
Hay que destacar la gran cantidad de discípulos que se formaron con él en el Servicio de oftalmología de la Fundación Jiménez Díaz y que posteriormente fueron algunos de ellos nombrados catedráticos y otros ocuparon puestos muy destacados de hospitales españoles.
Entre otros, el Prof. Honrrubia, el Dr. Francés, el Dr. Pérez Salvador, el Dr. Sayans, el Dr. Bernabéu o el Prof. Alió. Es interminable lista de grandes oftalmólogos que se formaron con él.
Dr. Sayans, Dr. Leoz, Dr. De la Fuente, Dr. Pérez Salvador y Dr. Taboada.
Su padre D. Galo fue discípulo de D. Santiago Ramón y Cajal, que trabajó con él durante 25 años y fue uno de los fundadores de la Oftalmología española.
Le quisieron quitar las primeras oposiciones que realizó por no haber demostrado suficientemente su adhesión al régimen.
D. Gustavo ha sido el oftalmólogo en ejercicio más veterano del mundo, estudio realizado por la revista Science, quién se lo comunicó.
Fue el colegiado número 7.071 perteneciendo al colegio de Médicos desde 1943.
El Dr. Leoz calcula que en sus 60 años de ejercicio han pasado por sus manos casi un millón de enfermos entre ellos el Premio Nobel Severo Ochoa, al que operó de cataratas.
Como persona, fue un auténtico honor conocerle. Fue un hombre con una gran simpatía, gran conversador, con una memoria extraordinaria, capaz de contar anécdotas de hacía montones de años.
Siempre me sorprendió su increíble memoria visual, que le hacía ser un gran fisonomista. Asimismo fue un gran humanista, no había área del conocimiento que se le resistiera.
Era un gran exquisito en materia gastronómica, conocía los mejores restaurantes de Madrid y de fuera de España. Iba todos los años a París ciudad que conocía a la perfección, fue el representante de la Sociedad Española de Oftalmología en la Sociedad Francesa de Oftalmología.
Gran consumidor de café, era muy refinado a la hora de elegirlo, era tal el gusto que tenía por el café que en Cafés La Mexicana había conseguido tener su propia mezcla que la tienda se denominó Café Dr. Leoz.
Aparte de ser una gran persona, fue un doctor muy querido por sus pacientes, compañeros médicos de otras especialidades. Tenía amigos en todas las partes…
Gran fumador, fumó durante toda su vida.
Poseedor de una gran elegancia personal, que le acompañaba siempre vestido de manera impecable, nunca le faltó su pajarita (tenía una impresionante colección).
En cuanto a la Oftalmología su opinión era que en la medicina se tenía que pagar algo, lo decía siempre “Porque lo que no se paga no se valora. La gente no es consciente de que la buena medicina cuesta”. Estas eran frases que comentaba en sus conversaciones.
Cena de Santa Lucía: Dr. García Alix, Paloma (esposa del Dr. Aguilar Bartolomé), Dra. Teresa Dapena y Dr. Lavín, Dr. Aguilar Bartolomé, Esposa del Dr. García Alix, Pilar Macías esposa del Dr. Leoz, Dr. Leoz, Dr. Casero y su esposa.
Es interminable la lista de oftalmólogos que fueron de su grupo de amigos cercano; Prof. Bartolozzi, Dr. Aguilar Bartolomé, Dr. Amias, Dr. de la Fuente, Prof. Piñeiro, Dr. García Alix, Prof. García Sánchez, Dr. Arruga…, además de todos aquellos que pasaron por la Junta Directiva, siendo él secretario durante 18 años. Siempre fue gran amigo de sus amigos.
Dr. Leoz acompañado de D. José García Sicilia.
También íntimo amigo de D. José García Sicilia y toda su familia a la que le unía una gran amistad y donde tuve el honor de pertenecer y aprender de ellos de todo, de la vida y de la Oftalmología.
También como el más joven de este grupo de oftalmólogos, estaba el Prof. Sánchez Salorio, catedrático de oftalmología de Santiago de Compostela, que además de ser un eminente oftalmólogo con su gran pluma literaria nos deleitaba con sus maravillosas cartas y estupendos escritos.
Era un gran aficionado a la música llegando a tener la mejor colección de discos de España, de forma que en numerosas ocasiones para los programas musicales de televisión española contaban con algunas ediciones de música, que solo tenía él dentro de su fabulosa colección discográfica.
Aquí un pequeño resumen de la vida de un gran oftalmólogo, gran amigo y mejor profesor, no solo de la Oftalmología sino también de la vida, que tuvo una lista interminable de amigos y discípulos digno de ser recordado y admirado. Una de las grandes figuras de la Oftalmología española.
Este año cumpliría 100 años.