Existen distintos campos y retos con un futuro prometedor dentro de la especialidad del Estrabismo.

En primer lugar, deberíamos proponernos, para un futuro no muy lejano, terminar con el problema de la ambliopía. Destacar la importancia de un diagnóstico precoz, ayudándonos  de nuevos dispositivos y colaborando estrechamente con pediatras, enfermeros y padres. Buscar, además, nuevas terapias alternativas a la oclusión, que mejoren el cumplimiento y permitan una recuperación visual más rápida.

Un problema en aumento es la miopía. El gran número de niños miopes nos tiene que hacer plantearnos medidas para el control de la progresión. Hay algunas ya desarrollándose actualmente, pero debemos buscar a qué se debe este aumento y qué podemos hacer para frenarlo.

Tanto la miopía como otras patologías estrabológicas tienen cierto grado de asociación familiar, y en algunos casos, se conoce la base genética. Esto nos podría ayudar a desarrollar terapias génicas e individualizadas para cada paciente.

Por último,  en el campo de la estrabología, el desarrollo y adaptación de técnicas de videooculografía puede ser de gran ayuda. Nos pueden ofrecer un apoyo diagnóstico y una orientación terapéutica, gracias a valores objetivos y medidas estandarizadas.