Presunta histoplasmosis ocular importada desde América
AMESTY MA, RIVERA E, VALVERDE S, SIRVENT B, GUTIÉRREZ BONET R
Introducción
La histoplasmosis es una enfermedad micótica causada por el Histoplasma capsulatum. En la mayoría de los casos, la fungemia es asintomática y el germen desaparece en pocas semanas. Desde el punto de vista oftalmológico, se han descrito tres formas de presentación ocular: la endoftalmitis histoplásmica, el granuloma coriorretiniano (ambas entidades relacionadas con infección sistémica activa en pacientes inmunodeprimidos) y el síndrome de presunta histoplasmosis ocular (SPHO) no relacionado a enfermedad sistémica.
El SPHO fue descrito por primera vez en 1960 por Woods y Wahlem(1) que implicaron al Histoplasma capsulatum como agente causante. Sin embargo, todavía no se ha conseguido aislar a este microorganismo en el globo ocular, aunque sí existen estudios experimentales que apoyan esta teoría. Evidencias epidemiológicas apoyan la idea de que el mismo es el causante del SPHO, como consecuencia de una compleja interacción entre este patógeno exógeno y el sistema inmunitario humano.
Típicamente se describe con la tétrada clínica: múltiples placas de atrofia coriorretiniana o «histo-spots», atrofia peripapilar, maculopatía serohemorrágica(2,3,4,5,6) y ausencia de inflamación anterior y vítrea. A pesar de ello, la enfermedad cursa de manera asintomática si no existe afectación macular, pero si la mácula se ve comprometida, la metamorfopsia suele ser el primer síntoma de presentación. Según nuestro conocimiento, solo existen dos casos publicados asociados a edema de papila(7).
El diagnóstico es sugerido por la clínica y la exploración angiográfica, descartando también la existencia de cualquier patología sistémica asociada. El test cutáneo a la histoplasmina no aporta datos en pacientes de áreas no endémicas y además está contraindicado en los casos que presentan afectación macular.
Propósito
Describir los cambios fundoscópicos típicos en pacientes con Síndrome de Presunta Histoplasmosis Ocular (SPHO).
Método
Se describen 2 casos clínicos, tras una revisión restrospectiva de los pacientes diagnosticados de Coriorretinitis en nuestro centro de 2010 a 2012.
Resultados
En ambos casos se observan: múltiples placas de atrofia coriorretiniana o «histo-spots», atrofia peripapilar, ausencia de inflamación anterior y vítrea; sin embargo solo uno de ellos presenta neovascularización coroidea.
Paciente 1: Varón de 47 años de edad que presenta metamorfopsia paracentral inferonasal persistente en OI. Como antecedente laboral de interés se trata de un Marino mercante que había trabajado en Mississippi, zona endémica para este microorganismo. En la exploración la AV era de 1.0 a pesar de la NVC extrafoveal en OI (fig. 1).
Figura 1. Retinografía y AFG del paciente 1.
Paciente 2: Varón de 23 años que acude por presentar escotoma en OD de 2 días de evolución. Su AV era 0,7 en OD y 1,0 en OI. Sin embargo no presentaba NVC, pero se confirma papilitis a través de la angiofluoresceingrafía y el aumento de la mancha ciega del campo visual. Cabe destacar que según nuestro conocimiento, solo existen dos casos publicados asociados a edema de papila (fig. 2).
Figura 2. Retinografía y AFG del paciente 2.
Conclusiones
La enfermedad cursa de manera asintomática, pero si la mácula se ve comprometida, la metamorfopsia suele ser el primer síntoma. El diagnóstico es sugerido por la clínica y los antecedentes demográficos. El test cutáneo a la histoplasmina está contraindicado en los casos que presentan afectación macular.
Es un cuadro relativamente frecuente en Estados Unidos pero no así en Europa, al no ser ésta una zona endémica de este microorganismo. Raramente puede cursar con edema de papila y en estos casos el tratamiento conservador podría ser el más recomendable.