La OCT se basa en la interferometría, que emplea ondas de luz para medir las estructuras y las distancias a pequeña escala y no requieren contacto con el tejido a examinar. En la OCT de dominio temporal la velocidad a la que adquiere la imagen está limitada por la velocidad de movimiento del espejo interno. La OCT de dominio espectral no tiene ningún componente móvil, por lo que es más rápida, lo que permite imágenes de mayor calidad obteniendo «un corte histológico de la retina».

En glaucoma interesa hacer mediciones cuantitativas. Da una mejor reproducibilidad de estas mediciones que es importante en el seguimiento y para poder detectar la progresión. El espaciado entre A-scans nos da la velocidad, y lo mejora mucho. El plano axial está relacionado con las características de la luz. La velocidad también permite imágenes virtuales en tres dimensiones, con un mejor estudio topográfico de la cabeza del nervio óptico, muy intuitivo, y que permite modificar el área de estudio.

El Cirrus de Zeiss da una serie de parámetros a partir de 12 cortes en la CFNR y una base de datos normalizada. Indica dónde se encuentra el ojo explorado según los percentiles. Todos los aparatos adolecen de una gran base de datos, la irán desarrollando con el tiempo. Nosotros estudiamos si la OCT servía para diagnosticar glaucoma comparando un grupo de glaucomatosos con un grupo de pacientes normales. Se detectaban diferencias con buenos resultados de sensibilidad y especificidad (0,93 en la parte inferior, 0,9 en la media de espesores).

El Spectrales de Heidelberg aporta una novedad: el eye-tracker. Divide el nervio óptico en 6 sectores. Nosotros intentamos detectar si había correlación entres los defectos perimétricos y el grosor de la capa de fibras. La correlación no era muy sólida, probablemente por el diseño del estudio, al ser pacientes avanzados.

Comparando la reproducibilidad, el coeficiente de correlación intraclase el Cirrus superaba el 0,9. El coeficiente de variabilidad rondaba el 2-5%. En los re-test los índices también eran muy aceptables. En el Spectralis eran también muy buenos. El eye-tracker debería mejorar los índices porque en sucesivas exploraciones señala la misma posición, pero no varían. Entre ambos aparatos no hay diferencias significativas. Las ventajas de los analizadores de alta resolución es que aportan valores cuantitativos, aportan medidas de la CFNR peripapilar con una adquisición rápida de las imágenes (el eye-tyracker lo hace más lento, pero se puede desconectar). Permite un estudio morfológico de la cabeza del nervio óptico y otras áreas de la retina. En cuanto a desventajas, el software es inmaduro, las bases de datos son nuevas y no sabemos si podremos valorar evolución. El papel del eye-tracker es aun desconocido.