Tratamiento ambiental del ojo seco
Rojo Castejón P1
1 Hospital Ruber Internacional. Madrid.
El tratamiento ambiental del ojo seco es importante dentro del múltiple arsenal terapéutico que podemos ofrecer en esta patología ocular frecuente, ya que puede asociarse a cualquier otro tratamiento médico o quirúrgico.
Por otro lado, el paciente con ojo seco, al tener este padecimiento crónico, debe ser consciente de las medidas terapéuticas adecuadas y colaborar con este tratamiento ambiental de su ojo, para intentar disminuir su sintomatología.
Todo paciente con ojo seco necesita:
En el año 1988, Paschides y colaboradores publicaron un estudio que medía el grado de sequedad ocular en varios grupos de personas mediante, el test de Schirmer I, la medida del BUT y las tinciones de la superficie ocular (fluoresceína o rosa de bengala).
Dentro de este estudio, se establecieron tres grupos:
1. Pacientes procedentes de clima seco y templado, con altos niveles de contaminación atmosférica.
2. Pacientes procedentes de clima seco y templado, con bajo índice de contaminación atmosférica.
3. Pacientes procedentes de clima húmedo, con un bajo nivel de contaminación atmosférica.
El estudio demostró, que tanto el test de Schirmer como el BUT estaban influenciados por las condiciones climáticas, pero no por la contaminación.
El ser humano necesita un grado higrométrico considerado ideal, para que no se le produzcan molestias ni por humedad ni por sequedad. Este grado, oscila entre el 35 y el 45% de humedad relativa. Sin embargo, en muchas situaciones de trabajo y debido al uso de ordenadores y aires acondicionados, los efectos provocados por los llamados edificios «enfermos» y el extendido hábito del tabaco, hacen que los síntomas de ojo seco sean cada vez más frecuentes (fig. 1).
Fig. 1
Desde hace tiempo, se ha descrito el síndrome de edificio enfermo para agrupar situaciones en las que, los ocupantes de un edificio presentan alteraciones inespecíficas en la salud, que están relacionadas con el ambiente laboral y el tiempo de permanencia en el lugar de trabajo. Las personas presentan síntomas que pueden atribuirse directamente a contaminantes que se encuentran en el aire que circula en el edificio (fig. 2).
Fig. 2
El Comité Organizativo de la OMS desde 1984, planteó que hasta un 30% de los edificios nuevos provocaban quejas relacionadas con la mala calidad del aire interior.
La sequedad ocular aparece con una frecuencia de un 27%, entre los síntomas posibles en este entorno (cefaleas, malestar general, dificultad respiratoria, congestión nasal y sequedad oral).
¿Cuáles son las causas de estos problemas?
Podemos decir que existen distintos factores relacionados entre sí, y son los siguientes:
Todos estos elementos pueden actuar en combinación o ayudar a que condiciones como la temperatura, la humedad y la iluminación, provoquen los síntomas del edificio enfermo.
Además de todo lo anterior, hay que recordar también que el 30% de la población activa es fumadora, y es bien sabido que el tabaco influye negativamente en la secreción y estabilidad de la película lagrimal.
Cuando usamos el ordenador durante tiempos prolongados, puede empeorar un ojo seco ya existente o provocar la aparición de nuevos síntomas de sequedad ocular.
Esto ocurre porque cuando miramos fijamente a una pantalla, el parpadeo está claramente disminuido, lo que provoca una mala distribución de la película lagrimal y una evaporación más rápida de la lágrima.
Por otra parte, cuando miramos de frente al ordenador, la superficie ocular expuesta es mayor que cuando nuestra mirada está orientada hacia abajo (por ejemplo en la lectura de un libro o mirando un objeto), favoreciendo la sequedad ocular (fig. 3).
Fig. 3
Tal y como se ha mencionado, los sistemas de ventilación y acondicionamiento del aire dentro de un edificio, pueden determinar la aparición de ojo seco. Estos síntomas no aparecen en todos los individuos expuestos, ya que existen mecanismos de adaptación de la película lagrimal, condicionados por el grado de humedad relativa del ambiente.
Se ha descrito en la literatura, un síndrome relacionado con el trabajo en oficinas, denominado DES (Discomfort Eye Syndrome). En estos casos se ha demostrado que los síntomas DES son más frecuentes en mujeres mayores de 50 años y que están relacionados con inflamación de la superficie ocular y con altas concentraciones de contaminantes en el aire.
Según diversos estudios, la capa lipídica de la lágrima, que evita la evaporación de la misma, está alterada en la población que trabaja en oficinas con respecto a otros pacientes de control.
Por último, hay que considerar que un sistema de aire acondicionado tiene que proporcionar un aire que filtre tanto los potenciales alergenos inertes como otras sustancias que pueden provocar una sintomatología asociada (fig. 4).
Fig. 4
Las corrientes de aire favorecen igualmente la evaporación de la lágrima. Es bien sabido que determinados deportistas, protegen sus ojos para evitar que el aire en movimiento pueda provocar un daño sobre sus ojos (así lo hacen ciclistas, corredores, etc.).
Sin embargo, no sólo estas corrientes resultan nocivas para el ojo seco, también flujos de aire más suaves, como los ventiladores, las ventanillas de los coches abiertas, las barbacoas o los hornos, que en un principio parecen inofensivos, pueden provocar síntomas de sequedad.
Expuestas las situaciones previas, el tratamiento estará basado en una serie de medidas que mejoren las condiciones del ojo seco existente, o que tiendan a evitar situaciones en las que la sequedad ocular pueda aparecer.
Fig. 5
Fig. 6
Fig. 7