INNOVACIONES Y NOVEDADES 2016
Boletín de la Soc. Oftalmo. de Madrid - N.º 55 (2015)

Lorenzo López Guajardo 1,6, Rodrigo Abreu González 2,6, Juan Donate López 3,6, Roberto Gallego Pinazo 4,6, Rosa Dolz Marco 5,6

1 Hospital Universitario «Príncipe de Asturias»
2 Hospital Universitario «Virgen de la Candelaria». Sta. Cruz de Tenerife
3 Hospital Clínico Universitario «San Carlos». Madrid
4 Hospital Universitario y Politécnico «La Fe». Valencia
5 Vitreous Retina Macula Consultants, Nueva York (EEUU)
6 Grupo Mácula Visión, Club Español de la Mácula

El año en curso ha presentado varias novedades tecnológicas que seguro marcarán nuestra actuación profesional en las próximos años. De entre todas ellas, nosotros querríamos destacar la «explosión» de la tecnología de la Angiografía por Tomografía Óptica de Coherencia –A-OCT–. Aunque la aparición de la tecnología no se circunscribe a 2016 (primeros equipos disponibles 2014-2015), parece que su aceptación y generalización de uso empiezan a perfilar a esta tecnología como algo imprescindible en nuestro diario quehacer.

Como probablemente todos los lectores conocerán, la tecnología de la A-OCT se basa en la obtención de una imagen de la trama vascular retiniana/coroidea mediante la información obtenida a partir de la Tomografía de Coherencia Óptica –OCT–. La comparación de sucesivos b scans, donde se diferencia (mediante una serie de algoritmos particulares para cada fabricante) las estructuras estáticas (tejido), de las móviles (flujo de hematíes), permite el dibujo de la trama microvascular retiniana, incluso segmentándola por capas en los distintos plexos existentes, hecho que con la Angiografía Fluoresceínica convencional –AFG–, no es posible al presentarnos imágenes bidimensionales de los plexos retinianos y coriodeos superpuestos. La segmentación puede ser representada bien mediante distintas imágenes de cada plexo concreto (figs. 1 y 2) o una imagen única con superposición, en que cada plexo aparece de un color distinto (fig. 3). La no utilización de contraste intravenoso y su rapidez de realización, permiten la repetición de la A-OCT de forma rutinaria en nuestros pacientes sin un significativo incremento en el tiempo/costo por exploración. 

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Figura 1. A OCT: Plexo vascular superficial.

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Figura 2. A OCT: Plexo vascular profundo. 

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Figura 3. A OCT: Imagen de plexos superpuestos identificados mediante un código de colores en un caso de trombosis venosa de rama. 

La A OCT parece ser más sensible a la detección de espacios quísticos en el parénquima retiniano que la OCT de dominio espectral (SD OCT) normal. También ha demostrado su superioridad frente a la AFG en el estudio de la perfusión macular, incluso permitiendo detectar diferencias en afectación entre los plexos superficial y profundo. Este hecho, unido a la posibilidad de repetición ilimitada (como comentábamos en párrafo anterior), a buen seguro permitirá una mejor evaluación de presentes y futuros procedimientos terapéuticos en patología macular. 

Las posibilidades de la tecnología OCT aumenta a un ritmo vertiginoso. Los nuevos equipos de OCT SD anuncian velocidades de hasta 300.000 a scan/segundo y modelos de laboratorio de tecnología SS llegan hasta 400.000 a scan por segundo. Esta mayor velocidad permitirá, a buen seguro, el estudio de mayores áreas de retina con un tiempo de adquisición aceptable para el paciente. En este sentido, el estudio de la perfusión periférica es el momento actual algo sólo realizable con la AFG, pero los desarrollos más recientes en OCT permiten B scans de 16 mm (fig. 4) que interesan retina periférica a las arcadas vasculares. Es lógico pensar que, de continuar esta línea de desarrollo tecnológico, en un futuro no muy lejano la periferia retiniana también pueda ser estudiada mediante A OCT. Así, podremos conseguir superar una de las desventajas de la A-OCT al compararse con la AFG, en cuanto a su limitada área de obtención de imagen.

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Figura 4. B scan 16 mm.

Otra de las desventajas de la A OCT es la no detección de flujos vasculares inferiores o superiores a un determinado rango de velocidad, lo que puede hacer que lesiones como pólipos o complejos neovasculares parcialmente fibrosados no se representen adecuadamente en los estudios de A-OCT disponibles en el momento actual. Nuevos protocolos de adquisición donde se compare un b scan con otro obtenido con un lapso de tiempo superior (imágenes no consecutivas), o inferior (nuevos aparatos con mayor velocidad de obtención de imágenes), podrían solventar esta eventualidad. Esto podría compararse a la indicación que realizamos de ICG a la vista de los resultados de una AFG, pero con la ventaja de que la información ya está obtenida y solo debe estudiarse de distinta forma: la sospecha de pólipos podría hacernos activar un protocolo de estudio de A-OCT distinto al habitual.

Las imágenes de A-OCT no son perfectas, y presentan una serie de artefactos que debemos conocer para su correcta interpretación. Estos pueden ser debidos al método de adquisición, a los movimientos oculares, al procesamiento de la información e incluso al formato de presentación. Uno de los más importantes es la proyección, donde vasos de un plexo aparecen representados en otro, generalmente más profundo. También pueden existir defectos en la segmentación, que pueden llevar a una falsa impresión de densidad vascular en un plexo concreto. En el momento actual es nuestro deber conocerlos e intentar identificarlos con una evaluación interactiva de las imágenes, pero, probablemente, serán superados en posteriores desarrollos de esta tecnología que sólo está comenzando su aplicación.

Todavía estamos aprendiendo a interpretar la información que esta nueva prueba nos aporta. Hay que entender que la AFG lleva entre nosotros más de 50 años y la A OCT no lleva más de 2-3 años comercializada de forma general. Es seguro que en los próximos años, la unión de mejoras técnicas de obtención/procesamiento de imágenes, junto con la labor de los clínicos, permitirá que la A-OCT amplíe nuestros conocimientos sobre muchos procesos oculares y permita mejorar nuestros resultados terapéuticos.

 

Bibliografía

  1. Coscas F, Glacet-Bernard A, Miere A, Caillaux V, Uzzan J, et al Optical Coherence Tomography Angiography in Retinal Vein Occlusion: Evaluation of Superficial and Deep Capillary Plexa. Am J Ophthalmol 2016;161:160–171.
  2. Spaide RF, Klancnik JM Jr, Cooney MJ . Retinal Vascular Layers Imaged by Fluorescein Angiography and Optical Coherence Tomography Angiography. JAMA Ophthalmol. 2015; 133:45-50. doi:10.1001/jamaophthalmol.2014.3616.
  3. Spaide RF, Fujimoto JG, Waheed NK. Imade Artifacts in optical coherence tomography angiography. Retina. 2015; 35: 2163-80. doi: 10.1097/IAE.0000000000000765.
  4. de Carlo T, Romano A, Waheed, N; Duker J. A review of optical coherence tomography angiography (OCTA). International Journal of Retina and Vitreous 2015: 1:5 DOI 10.1186/s40942-015-0005-8.